KPIs

El control de la Prevención y los procesos industriales, íntimamente ligados entre si, suele realizarse trás el establecimiento de indicadores que te permitan comprobar el desarrollo de la actividad enfocada a conseguir determinados objetivos. Estos son los KPIs, acrónimo de Key Performance Indicator, que en castellano sería algo así como indicador clave de desempeño. Estos KPI deben estar constituidos por variables que se consideren puedan tener una influencia significativa en la consecución de los objetivos y metas marcados. Los KPIs son medibles y cuantificables y, como hemos dicho, nos permiten comprobar la evolución de una variable hasta conseguir el objetivo final marcado.

Para determinar los KPIs que determinan el control de una actividad, hay que recapacitar y determinar los factores clave para el desarrollo de ésta. Así, su conocimiento y control nos permitirán dominar la actividad concreta y obtener la recompensa prevista con la consecución del logro (0 accidentes, máxima productividad de una máquina o proceso, etc).

La configuración de KPIs debe seguir algunas reglas determinadas, como son:

Ser medible: nº de medidas preventivas pendientes de cerrar, nº accidentes… No vale: “Hemos mejorado mucho la cultura preventiva en la empresa”.

Cuantificable: debe poder materializarse. No vale: “la gente está más informada de los riesgos que antes”.

Períodico o temporal: es decir que pueda tener un seguimiento en el tiempo. No vale: “Cuando puedo hago una inspección de seguridad por las instalaciones”.

Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes (Maestro Yoda )

Específico: acotarse a un sólo aspecto relevante, por ejemplo “control de acceso y CAE”. No vale: “Exigimos a las empresas que acceden a nuestro centro de trabajo que cumplan todas las normas de seguridad”.

Relevante: debe ser un factor que realmente influya en el modelo de negocio, y que si esa variable da resultados negativos, rápidamente debamos de actuar. No vale: “Todo gasto en Prevención es una inversión”

Anuncio publicitario